jueves, 2 de junio de 2016

Poesía eres tú...

Bécquer, Gustavo Adolfo. Rimas y Leyendas

Ya hace un año que, llenos de ilusión, iniciamos este proyecto. Comenzó como un ejercicio para un Máster pero sentía que podía ser algo bueno y creo que así ha sido. Desde el primer momento me sentí apoyada por mi gente a la que se fueron añadiendo personas que no conocía  y que querían participar en este espacio. Nuestro "Hombre entre mujeres" quiso colaborar, poniendo la misma ilusión (o quizá más) que yo misma. Hemos contado historias bonitas, alegres, historias duras,  historias de superación, historias de mujeres increíbles. Nuestro colaborador nos ha dejado relatos cómicos e irónicos de ese "macho ibérico" que ha sacado más de una sonrisa. Hemos llevado a cabo un proyecto solidario y seguimos teniendo ilusión suficiente para llenar muchas más páginas de Mujeres 11, con historias de mujeres buenas, fuertes, admirables, amigas eternas, generosas, luchadoras; mujeres con valores, con principios; mujeres que llenan nuestras vidas de alegría y de energía positiva, que son ejemplo para todos los que tienen la suerte de conocerlas… Y así lo haremos. Solo hay algo imprescindible para que todo continúe: que TÚ mi querida lectora, mi querido lector, no nos faltes. Gracias por seguir ahí. Y para vosotras Mujeres 11 y todos los seguidores de este pequeño espacio, este nuevo post dedicado a la poesía.


Dicen que la poesía es el lenguaje del alma, el mejor medio de transmisión de sentimientos, la forma que tiene el corazón de expresarse. La poesía nos lleva a mundos de ensueño, personales, subjetivos, sujetos a diferentes interpretaciones aunque solo el autor sabe su verdadero significado.
La historia nos ha dejado poemas que nos llegan al alma, rimas que despiertan nuestros sentimientos, y muchos de ellos escritos por mujeres: grandes escritoras que encontraron en la poesía su forma de expresarse.  Hoy quiero llenar este espacio de belleza, de sentimiento, y todo ello brota de la pluma de mujeres con un talento extraordinario; a continuación encontraréis tres magníficos ejemplos. Espero que disfrutéis con su lectura.


Rosalía de Castro (1837-1885)


Cuando pienso que te huyes,
negra sombra que me asombras,
al pie de mis cabezales,
tornas haciéndome mofa.

Si imagino que te has ido,
en el mismo sol te asomas,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que sopla.

Si cantan, tú eres quien cantas,
si lloran, tú eres quien llora,
y eres el murmullo del río
y eres la noche y la aurora.

En todo estás y eres todo,
para mí en mí misma moras,
nunca me abandonarás,
sombra que siempre me ensombras.

(Follas novas, 1880. Traducción de Juan Ramón Jiménez)




Josefina de la Torre (1907-2002)

Mi falda de tres volantes
 y mi blusa desprendida,
qué bien me adornan andares
y brazos del aire libre.

¡Cómo se ondea mi falda
desde el volante primero,
perseguida curva eléctrica,
hasta la orilla firme!

Y mi blusa desprendida,
viento y calma, sol y sombra,
cómo juega y se persigue
desde el hombro a la cintura.

¡Ay, que me gusta mirarte,
espejito biselado,
cristales de las esquinas,
gafas de los estudiantes!

¡Qué bien me veo pasar
remolino de las brisas
pequeña y grande, confusa
huella blanca en el asfalto!

(Poemas de la Isla, 1930)




Gloria Fuertes (1917-1998)
Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
ya los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre,
se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
–no digo nombres–,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Escribo por las noches
Y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
Y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
Escribo en un periódico de niños,
Y quiero comprarme a plazos una flor natural
Como las que le dan a Pemán algunas veces.

(Autobiografía)

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